El 25 de noviembre es el día marcado en el calendario como día internacional para la eliminación de la violencia contra las mujeres.
Una violencia que afecta gravemente a su salud, condiciones laborales y de vida, generando en las mujeres numerosas secuelas físicas, sexuales, psicológicas, económicas y sociales, y en ocasiones costándoles su propia vida y la de sus menores (violencia vicaria).
Una violencia que impide a las mujeres el ejercicio pleno de sus derechos, entre otros, el derecho a la libertad, la seguridad, la autonomía, la igualdad y la dignidad.
Los derechos de las mujeres son derechos humanos y, por tanto, todas las violencias contra las mujeres son agresiones a la humanidad, a la justicia y a la dignidad. Todas esas violencias duelen y dañan.
Las mujeres reclaman su derecho a vivir, a ser dueñas de sus cuerpos, a caminar tranquilas por las calles, a no tener miedo, el derecho a una vida libre de violencia machista.
Para prevenir la violencia machista, nada mejor que la educación: ésta es la clave para transformar una sociedad injusta y discriminatoria. La pornografía no puede seguir siendo la fuente de la que se nutre la juventud en temas afectivo/sexuales. Se hace imprescindible un curriculum obligatorio en coeducación y una educación afectivo sexual integral en todos los niveles educativos a fin de que se garantice la igualdad entre mujeres y hombres y el respeto a los derechos y libertades fundamentales.
¡¡BASTA YA!!, no seas cómplice. Lo mires como lo mires es cosa de todas y todos.